17 septiembre 2007

Taburetes

Cada mañana, Isabel se sentaba en el taburete blanco de la cocina y removía la leche del desayuno muchas veces.

“Venga, Isabel. Bébete la leche que llegas tarde al colegio”. Le decía su madre.

“Venga, Isabel. Y acábate todo el tazón que siempre lo dejas por la mitad”, le regañaba su padre.

Isabel se bebió la mitad del tazón de leche, se rió y salió corriendo.

Aunque la regañaban, ella sabía que si se bebía toda la leche no volvería a ver las musarañas. Las musarañas eran unos bichitos de colores que aparecían cuando ella se sentaba en el taburete blanco de la cocina y removía la leche muchas veces. Jugaban con ella cada mañana y le decían los buenos días.

No hay comentarios: