31 enero 2009

Reflejos




Lo que es arriba, es abajo.



Los demás son el reflejo de uno mismo.

Si esto es así, cuando nos enfadamos con alguien, ¿con quién nos enfadamos realmente?
Si nos molesta algo de alguien, ¿de quién nos molesta, del otro o de mí mismo?

17 enero 2009

Cuando dejo de buscar

Esta mañana he ido a Salamanca a un herbolario que encontré en la web, para comprar algunas cosas raras que me gusta comer. Como no tenían lo que buscaba me han recomendado otro sitio.

Así que allí me he dirigido. Por fin he encontrado un herbolario donde tienen mucha comida. Cuando he preguntado por jengibre fresco, Queti, la dueña del herbolario, me ha indicado una frutería, nada más ni nada menos que en la avenida de Italia, donde suelen tener. Hasta aquí nada tiene que ver con el título del post, porque realmente sí que buscaba todo lo que he ido encontrando. Sin embargo, en la frutería Italia... allí estaban, relucientes, verdes, jugosas. luciendo su esplendor junto a calabazas y manzanas.. Unas magníficas habas. Se me han puesto los pelos de punta y sólo he podido decir "¡tienes haaabaaas!". María, la frutera, que es gallega, me ha explicado que lleva dos años en Salamanca, pero que ha vivido 17 años en Cataluña y por eso todavía tienen algunas rarezas que por aquí no se ven demasiado. Me he acordado de lo que me gustaba de pequeña pelarlas y comerlas crudas. Hemos hablado de arroz con habas, de que a la col aquí la llaman repollo, que a la zanahoria se le dice pastanaga en catalán o a la berengena, albergina.

Me he ido a casa más contenta que un ocho y no me ha importado la multa por no pagar la zona azul. Para celebrarlo me he echo una sopa de pescado con una receta dominicana que nada tiene que ver con la receta, pero me ha inspirado mucho y me ha salido buenísima.



Me he dado cuenta que con los cuentos soy igual. Nunca he sido capaz de reproducir un cuento tal cual me lo he encontrado. Suelo meter ingredientes propios, experimento si digo esto o aquello. Si un día me falta algo, lo sustituyo por otra cosa... Cocinar y contar, todo es empezar.

16 enero 2009

¿Y yo qué puedo hacer?

Pienso en la masacre que se está produciendo en Gaza y me siento impotente. Me acuerdo del libro de José Campanari, ¿Y yo qué puedo hacer? El señor Equis, después de leer el periódico, se queda con todas las preocupaciones rondándole en la cabeza hasta que un día lanza la pregunta, ¿y yo qué puedo hacer? En ese momento una vecina le pide que le compre el pan porque tiene una pierna rota. Cada vez que lanza esa pregunta al aire, hay alguien que le contesta pidiéndole algo.

Así, yo también lanzo la pregunta al aire. Espero y me vienen varias respuestas:

- Puedes coger un barco e irte a Gaza a luchar
- Puedes contar cuentos en relación con el tema para posicionarte
- Puedes hablar del tema en alguna sesión de cuentos y motivar la reflexión
- Puedes ingresar dinero en una cuenta humanitaria
- Puedes apuntarte a una ONG
- Puedes salir a la calle y manifestarte
- Puedes escribir un post en el blog

Puedes hacer todo eso y también puedes dejar de luchar, de enfrentarte, de herir con palabras o con hechos a los que están a tu lado. Hacer felices a los demás dando lo mejor de ti misma.

14 enero 2009

soledad, solitud y solitones

Dicen que la solitud es una soledad deseada en la que no hay tristeza. Sin embargo, la soledad propiamente dicha está relacionada con la tristeza y la melancolía de estar solo, de quedarse solo en contra de la voluntad. Pero ambas, en sentido positivo o negativo, es la carencia de compañía.

Encuentro en el libro de de David Peat, Sicronicidad: puente entre mente y materia, que en el mundo físico ocurre también este estado pero que se ha llamado solitón. Un solitón es un onda solitaria que se propaga sin deformarse en un medio no lineal. Esto es por ejemplo, una ola de gran altura que se desprende del mar, que podría considerarse como un ente independiente por su tamaño y su duranción en el tiempo antes de chocar contra las rocas, pero que no deja de pertenecer al mar.

Es decir, un solitón no está solo. En su esencia sabe que pertenece al mar y que, más tarde o más temprano, vuelve a él. Lo que me lleva a pensar que la soledad, tal y como la entedemos como "estar solos" (asociada a la tristeza) es un producto de la mente humana, de nuestra poderosa imaginación, que nos juega malas pasadas. Porque, como los solitones, nunca estamos solos.

05 enero 2009

Y van cuatro

Tal día como hoy, hace cuatro años, mis pies, guiados por mi corazón me llevaron a Peñaranda de Bracamonte. Por aquel entonces, la biblioteca se llenaba de Blanca Navidad. Este año, Campanilla difumina sus luces mágicas y lo impregna todo de Brillante Navidad.

Y como todos los años, la lectura en voz alta ¿Qué es para mí leer?. Y yo, con mi cabeza en Lanzarote me encuentro con el abandono de las palabras, de las hormigas negras, y con la mente en blanco.

Menos mal que mañana es fiesta. Para celebrarlo, hoy comeré pasta con salsa de champiñones.