14 diciembre 2006

Hielo

Hoy he tenido mi primera experiencia con el hielo. Anoche me dejé olvidado el coche en la plaza olvidando que hoy había mercado. Lo bueno que tienen los pueblos es que Juanjo me ha llamado a las nueve (levantándome de la cama) diciéndome que habían preguntado los municipales por el dueño del coche y habían hecho sus averiguaciones dando con mi paradero. Cuando he llegado, después de atravesar una espesa niebla (-2º) y un paisaje blanco de escarcha, he visto mi coche bajo una capa de hielo. No podía bajar las ventanillas y el agua del limpia cristales estaba helada. Que ya yo había visto mi coche así, aquí es normal, pero no había tenido nunca que conducirlo.

Navidades blancas, campanas de belén y en la biblioteca chisteras, varitas mágicas y bolas de cristal y mi corazón que empieza a helarse como los campos de Castilla y busco el calor en las estufas, las cervezas y en miradas esquivas bajo largas bufandas. Empiezo a dudar si ir o no a la misa del gallo. Quizás en el cuerpo y la sangre de un recién nacido...