04 mayo 2010

El amor

Te pilla por sorpresa. Por más que uno planifique el próximo enamoramiento, hay cosas que se escapan. Por ejemplo, que la persona no era la que uno tenía pensado, que tiene esos defectos que jamás toleraríamos en alguien y que nos hemos pasado media vida criticando. Que el momento no es el adecuado. Justamente ahora que estaba tan bien solo/a, que empezaba a sentir el vientecillo de la libertad... Que las circunstancias no sean las idóneas. Por ejemplo que viva en otro pueblo, en otra ciudad o en otro país, a más de tresciento s kilómetros. Que uno de los dos trabaje los fines de semana porque es lo único que ha encontrado y, tal y como están las cosas, no está dispuesto a pasar otros dos años buscando curro.

Aún así es bienvenido. Revitaliza, regenera, mueve y conmueve, alegra. El amor. Eso que dicen que mueve el mundo. Que sabe más de hechos que de palabras. Un sentimiento que ha sido perseguido, codiciado, buscado, anhelado y temido. Que mucha gente se muere sin haberlo conocido. Usado en poemas, tratados filosóficos, canciones, películas o ensayos.

En los cuentos, los príncipes matan dragones por amor, las princesas luchan contra las brujas que las tienen encantadas, superan obstáculos y duras pruebas para ser recompensados con el amor del príncipe o la princesa y poder vivir felices para siempre. Claro que nada se cuenta del después del casamiento. Pero ésa es otra historia...

4 comentarios:

noelia dijo...

Aaays, ese amor, que mueve montañas y deja espacio libre para volar y dar brincos a nuestro antojo.
No saber amar debe ser espantoso pero no saber recibirlo, ni te cuento...

Patricia Picazo dijo...

Dar y recibir amor en su justa medida, en el equibrio está la sabiduría.

Anónimo dijo...

Después del casamiento... la princesa se hartó de cocinar perdices para el príncipe!! o el príncipe sabía también cocinar??mmmm, de eso tampoco se habla en los cuentos... (y de quién limpia los calzones, tiende la ropa...te suena??jajaj) VIVA EL AMOR EN PRIMAVERA!!!!

petonets guapa

Patricia Picazo dijo...

Sí, la primavera es muy buena para el amor. A ver si aprendo a que me dure más que tres meses y por lo menos llegue hasta el verano. Confundir ranas con príncipes encantados es lo que tiene, jaja.