De acuerdo con la mitología celta, el 1 de noviembre coincidía con el año nuevo. Era el tiempo de acudir a los adivinos para saber cómo iria el año entrante .
La noche del 31 de octubre se encendían hogueras cerca de las casas para ahuyentar los malos espíritus y a las brujas que durante la noche deambulaban por los campos. Durante la noche de Shamain (31 de octubre) se decía que los difuntos abandonaban los bosques para refugiarse del frío en las casas. A los primeros a los que iban a visitar eran a los familiares. Era el comienzo del invierno, el día en el que el camino del sol en el cielo empieza a acortarse. Por eso también se pensaba que las hogueras representaban el calor del sol en la tierra y era una forma de pedir que hubiera sol en el invierno.
Y como en todos los comienzos, de año, de curso o de ciclo lunar, una se plantea proyectos profesionales y vitales.
Entre los proyectos profesionales en los que estoy trabajando se encuentra el Proyecto Grimm, para conmemorar el bicentenario de la publicación de la recopilación de los dos Hermanos. Este proyecto nace del Encuentro Europeo de Narradores Orales celebrado en junio de 2011 en Toledo.
Os dejo el enlace con todos los cuentos de Grimm en diferentes idiomas por si queréis releerlos o hincarles el diente por primera vez. A mí me encantan. Sobre todo los que son menos conocidos. En castellano tenéis todos los cuentos publicados en Anaya cuyas versiones son muy fieles al original.
Entre los proyectos vitales está la visita al nuevo Ikea de Valladolid. Tengo la furgoneta, las acompañantes y el catálogo marcado. Sólo falta cobrar las actuaciones atrasadas... (que espero no se convierta en esperar un milagro).
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