Me dejo en el tintero un post que debo de Cantabria, para escribir de algo más reciente: el encuentro que tuvo lugar en Toledo del FEST 2011 en el que cincuenta narradores procedentes de Europa y de otros países como Jordania, Israel y Canadá nos reunimos para intercambiar experiencias, compartir proyectos y sobre todo para conocer qué está pasando en otros países con esto que nos concierne a todos: la narración oral.
Lejos de pretender ofrecer un informe oficial (que haremos público en la web de la asociación NANO, de la que fui en representación) relataré en este blog mis impresiones acerca de este encuentro.
El lugar, el Castillo de San Servando. Una construcción del siglo XIV rodeada de jardines y con torres desde las que lanzar trenzas. Para llegar desde la estación de trenes me dijeron un atajo que consistía en una cuesta muy empinada en la que se iban intercalando escaleras y más cuesta, hasta que se llega a un terreno más homogéneo compuesto por una cuesta de asfalto que llegaba al Castillo. Una vez crucé la puerta de hierro me encontré con el último tramo de escaleras que llegaría a la puerta principal. Al final de la escalera, un chico de pelo largo y barba con aspecto despistado y con pinta de escocés me preguntó si iba al FEST (o eso deduje porque a los escoceses me cuesta mucho entenderlos). Era Tom Goodale de Escocia. Había llegado el momento de desempolvar mi inglés.
Una vez recogida la documentación puse el póster de NANO y mi foto en los paneles de la Sala Concilios donde haríamos las reuniones generales. Mi foto quedó en la zona sur del mapa de Europa, en la costa mediterránea.
Foto de Csenge Zalka |
Una vez hechos los deberes, me fui a comer con la que sería mi compañera de viaje , de habitación, de charlas y nervios, Patricia McGill. Nos pusimos al día mientras veíamos el aguacero que estaba cayendo en Toledo que nos obligó a coger un taxi hasta el Castillo (lo que agradecí enormemente).
La tarde empezó con unos juegos para romper el hielo de los que me escapé. Mi primera impresión no fue demasiado buena como tampoco lo había sido los meses antes, en los que todo era confuso. Mandaron el programa a finales de mayo (10 días antes del encuentro) con unos contenidos que no se entendían y en los que tampoco se especificaban los ponentes. Por suerte, mis llamadas telefónicas eran atendidas y más o menos me iba quedando claras las dudas pero aún así, todo lo relativo al FEST seguía cubierto de una espesa niebla.
Desde Nano nos fue imposible discutir o hacer alguna propuesta conjunta para llevar como asociación sobre ninguno de los puntos que se iban a tratar porque nos resultaban bastante confusos. Y menos con el poco tiempo que tuvimos (a penas cuatro días) desde que recibimos los estatutos de los cuales íbamos a discutir en Toledo, junto con la información detallada del programa y de los contenidos de las reuniones. Pero como dice el refrán, más vale tarde que nunca.
A pesar de estas primeras impresiones, una vez empezó a hablar Abbi Patrix (Maison du Conte en Francia) creador del FEST junto con Mats Mehnam de Noruega, acerca de sus orígenes diciendo que todo estaba por hacer, que esto lo hacíamos entre todos, que no era un club selecto ni elitista sino un grupo de gente que iba a compartir sus experiencias, me empecé a relajar. El grupo directivo compuesto por Peter Chand (Inglaterra), Theresa Amoon (Francia), Torgrim Mellum Stene (Noruega) y Pep Bruno (España), nos explicó el trabajo de organización que empezó en septiembre, cuestiones de intendencia y la buena noticia de que íbamos a beber vino de La Rioja en las comidas, uhmmm.
Mi curiosidad se iba abriendo y los prejuicios se iban diluyendo. Después, les tocó el turno a Paola Balbi y Davide Bardi, que explicaron cómo empezaron a organizarse en red a nivel nacional y a conectar con los narradores italianos que viven tanto en Italia como fuera. En segundo lugar, se explicó otro caso de organización en esta ocasión, se trataba de un festival internacional en Hungría de la mano de Csenge Zalka quien organizó en marzo el Holnemvolt.
Una vez quedó claro que esto del FEST estaba naciendo, que nadie sabe hacia dónde irá porque somos nosotros los que tenemos los remos para dirigir esta barca adonde queramos, nos fuimos a cenar y a conocer la noche toledana, no sin antes hacer una visita guiada por la ciudad, descansar en una taberna irlandesa y acabar en un bar que era antigua mezquita charlando con los irlandeses en gaélico y euskera.
Continuará...
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