El Consejo estaba compuesto por 25 personas más el Grupo Directivo llamado Steering Group. Nos reuníamos todos los días de 10 a 12 para discutir temas organizativos de la futura Federación (FEST). Españoles estábamos Charo Pita (AEDA), Patricia McGill (ANIN), Joxe Mari Carrere (Kontalariak), Alfredo Becker (MANO) y Patricia Picazo (NANO). El grupo de Observadores Internacionales lo formaban los que no estaban en el Consejo y trataron temas de cómo mejorar la organización, difusión y pensaron propuestas y sugerencias que harían al grupo directivo el último día.
El orden del día del miércoles en el Consejo fue el logo y revisión de los estatutos en los que se habían basado para crear una Asociación Internacional Sin Ánimo de Lucro que nos diera el marco legal para poder empezar a funcionar. Nos dividimos en grupos (en el mío caímos cuatro españoles, no me preguntéis por qué, además de Irene de Holanda y Nathalie, de Suiza).
Sobre el logo, se decidió usar uno temporal mientras se revisaba el que se había propuesto desde la comitiva griega. El grupo para revisarlo lo formarían Giorgos Evgenikos, Pep Bruno y Tom Goodale.
Después de dos horas de descubrir los diferentes colores de la lengua inglesa en sus más variadas formas y acentos en temas legales que ni tan siquiera entiendo en español, exahustos, nos fuimos a la cafetería a conocer a Desi, nuestro proveedor de bebidas espirituosas y soporte moral en tiempos de embotamiento mental que era el que exactamente lucía mi ánimo.
Hasta la hora de comida, disfrutamos bajo un árbol del panel sobre Experiencias Multilingües que moderaba Jack Degruyter (Bélgica) y en la que pudimos escuchar a Joxe Mari Carrere (País Vasco), Peter Chand (Londres), Brigit Lehner (Austria) y Torgrim Stene (Noruega).
Foto de Csenge Zalka |
Foto de Csenge Zalka |
Me gustó todo lo que estaba oyendo en los paneles, me pareció enriquecedor y en este segundo día, aunque agotador, la niebla del FEST se disipó y empecé a entender de qué iba realmente todo esto por mí misma. Las explicaciones telefónicas que tan amablemente me había dado Pep días antes iban tomando forma y se ordenaban poco a poco como piezas de un puzzle que empiezan a encajar.
Por la noche, después de cenar y de echar unas partidas al Dixit, Desi nos dio bola y se quedó a emborrachar a esta panda de guiris que bailaban sirtaki y cantaban a voz en grito "Cuando calienta el sol aquí en la playa" hasta altas horas.
Seguiremos contando.
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