14 julio 2010

¿Qué fue primero...?

Hace tiempo, me sorprendí en el medio de una conversación entre una bibliotecaria y un narrador. Ella sostenía la tesitura de que en el contar, primero se dice la palabra para traer la imagen de lo que se ha nombrado. El narrador decía todo lo contrario, que primero tenía que ver para después poner palabras a esa imagen.

Este fin de semana he pasado unos días estupendos en Narros del Puerto (Ávila) en el laboratorio sobre el recuerdo ficticio con José Campanari. De lo que me he dado cuenta es que cuando dejo la imagen aparecer primero y luego cuento lo que veo, la historia nunca es la misma que cuando cuento construyendo frases que luego forman una imagen. Sobre todo porque lo que veo son palabras, no imágenes y la historia queda encorsetada en esas palabras. No puede crecer ni expandirse. Es cuando mis hombros suben hacia arriba y mi ceño se frunce. Estoy peleándome con las palabras para que salgan en el lugar exacto en lugar de relajarme y disfrutar del contar lo que veo. Cuando esto último ocurre, es genial, porque la que cuenta se alegra de poder contar.

Claro que con ella nunca se sabe. Igual te cuenta un paseo por el mercado como que el otro día se pintó las uñas de color morado, sin moralejas ni conclusiones. Lo que vienen siendo historias banales. De esas cuyos protagonistas no son grandes héroes famosos, ni sabios sufíes, sino gente anónima del barrio de Marxalenes o de la que ha ido conociendo en su deambular. Os prevengo de ella porque ahora le ha dado por cocinar recetas extravagantes que comparte con sus amigos siguiendo diferente rituales del mundo.

4 comentarios:

Pep Bruno dijo...

Hola Patricia, si no recuerdo mal ya Elena Fortún en la introducción al Pues Señor... (ed. Olañeta), que es un remedo de conferencia de antes de la Guerra Civil a bibliotecarias para convencerlas de la utilidad de la hora del cuento, como te decía, en esa introducción escrita en los años 30 ya se habla de la necesidad de visualizar para contar. La cosa está muy bien explicada en el libro de Estrella Ortiz, un referente imprescindible: Contar con los cuentos, ed. Palabras del Candil. Abrir una ventana y contar lo que se ve: libre de ataduras y palabras piedra. Puro disfrute.
Besos

Patricia Picazo dijo...

Gracias, Pep. Conozco las dos referencias que citas, así como otros ensayos y artículos. Pero soy de la opinión que hasta que uno no lo experimenta, la teoría no funciona.

Alberto Sebastián dijo...

A lo mejor los dos tenían razón. El narrador "ve" una imagen, que recrea con palabras, y éstas, a su vez hacen que el oyente cree una imagen de lo que escucha. No sé, puede que la bibliotecaria estuviera hablando del receptor.

Patricia Picazo dijo...

Pues mirado desde ese ángulo, tiene lógica. Pero la bibliotecaria insistía que era a la hora de contar.