17 noviembre 2009

Mallorca

Este tiempo de silencio se ha ocupado de viajes y cuentos. Mis pies sobre un avión, me llevaron a Mallorca para recorrerla prácticamente de oeste a este con historias. De Calvià a Porto Cristo, de Manacor a Valldemossa, pasando por Porreres, Santa María, Cala Millor, Son Servera y Consell.
Me encontré con bibliotecarios motivados, que disfrutan de su trabajo y saben del valor de los cuentos. Unos niños y niñas atentos, inquietos, imaginativos. Que se esforzaban por entender las palabras, por ver las imágenes y que disfrutaban con las historias. Que querían otro más y escuchaban atentos lo que nos cuentan las estrellas. De ellos recibí sonrisas y abrazos, besos y bises.

Reservé un tiempo fantástico hasta el jueves, porque a los astros les gusta jugar con mis deseos. Así que tuve lluvia y sol, calor y viento. Me recibieron de la mejor manera que me pueden recibir: con una sonrisa y cerveza en el ojal, la noche de los muertos. Paseé por una ciudad embrujada; encontré escondites y escondrijos; un kebab de madrugada y tequila reposado. Me dejé llevar por la humedad de las callejuelas, el olor de las flores de la rambla y del pescadito. Disfruté de un paseo con helado y de los bares de fritanga. Una tortilla de patatas y champiñones frente al mar.

Y sí, fue maravilloso viajar hasta Mallorca. El jamón peñarandino fue bien recibido y gratificado con una exquisita crema de verduras.

3 comentarios:

noelia dijo...

Qué suertuda eres!!!

Anónimo dijo...

otra,otra,otra,otra !!!!!!!!!!!!!
que la fuerza con que todo lo haces te siga acompañando, pequeña dinosauria. Aún nos queda jamoncito mmmmmmmmmmmhhhh! ;) CQ

Anónimo dijo...

Guapa!!!, que para saber de ti tengo que entrar a tu blog!! El próximo comentario me lo escribes en catalán, que lo voy a leer en clase de literatura... me encanta!!laura