Los Reyes magos de Oriente le interesaban mucho más que los de carne y hueso. Estaban llenos de regalos, de misterio y sabían de las estrellas. No tenían apellidos, iban en camellos y eran sabios. Además eran magos.
En su país era difícil que algún rey superara esas cualidades. Ella hacía una y otra vez la misma pregunta, ¿para qué tener reyes si no saben hacer nada? Si no nos traen regalos, ni son sabios, ni hacen magia...
1 comentario:
A casa de mi amiga Sara nunca llegaron los Reyes magos, les visistaban los presidentes de la república cargados de regalos.
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