El Ciclo Cuentacauarenta ha pasado su primer fin de semana.
El viernes tuve el placer de abrir las Sesiones Golfas con la narradora vallisoletana, Susana Fú, quien nos deleitó con sus historias. La gente quedó encantada con el menú de La Bruja que incluye chuletón (con eso os lo digo todo). Gracias, Víctor, por apostar por las historias contadas de viva voz, por los narradores y por la cultura.
El sábado por la mañana, la librería Letras estaba a rebosar. Estuvimos hablando de lo que cuentan las imágenes en los álbumes ilustrados y en los cuentos contados de viva voz. Gema, lo tenía todo preparado: los claveles en las mesas, el lote de Espai para el sorteo, las sillas colocadas, la sonrisa puesta y las ganas de que todo saliera estupendamente, que fue como salió.
Por la noche, fui la primera en probar la tarima del Episcopio, que cruje un poco (todo hay que decirlo), pero que casi no nos dimos cuenta por lo bien que lo pasamos, haciéndonos fotos en el photocall que montamos y jugando a las taleguillas. Con puntualidad inglesa empezamos la sesión. La Concejala de Cultura, Sonsoles Sánchez-Reyes, dio el pistoletazo de salida.
El Episcopio casi estaba completo, muchísima gente vino a contar cuarenta y jugarin a las taleguillas (muy generosos, por cierto). Después nos fuimos de tapas a estrenar las tarjetas.
Para finalizar, el domingo en el Delicatessen, fue un placer contar a la gente que estaba merendando con sus tartas y su café (qué envidia). Vita, un organizador excelente, lo tenía todo a punto.
Para la información visual: vídeos y fotos de lo que fue el fin de semana, ve al blog www.cuentacuarentavila.blogspot.com
También puedes seguir los microcuentos de 40 días, 40 historias por twitter: @cuentacuarenta
Y si quieres conocer a los artistas que van a ir llenando Ávila de historias en Cuaresma, únete al grupo en Facebook: cuentacuarenta.
Gracias a toda la gente que vino a compartir los cuentos, las charlas y las risas.
21 febrero 2012
03 febrero 2012
Cuenta Cuarenta
Los tiempos de silencio sirven para crear. Y eso es lo que he estado haciendo este tiempo. Hoy se ha presentado en Ávila el I Ciclo Internacional de Narración Oral para adultos, Cuenta Cuarenta, un ciclo en colaboración con el Ayuntamiento de Ávila, los narradores orales, asociaciones culturales de Ávila, comercios y bares de la ciudad.
Serán los sábados de Cuaresma, desde el 18 de febrero al 31 de marzo a las 20.30 h. en el Episcopio (frente a la Biblioteca Pública). El blog está en proceso de creación. Allí se informará semanalmente de las sesiones, de las actividades paralelas y se presentará al narrador invitado.
Gracias a todos los que habéis creído y apoyado el proyecto y muchas gracias por arriesgaros con nosotros. ¡Os esperamos!
De momento, aquí os dejo la programación:
Horizontes
Se iba cada mañana a mirar el mar. Le gustaba verlo tranquilo al amanecer. Mirar el sol cómo salía de su lecho y se elevaba en el cielo poco a poco. Le gustaba la línea en la que el cielo y a tierra se unen o se separan, según el ánimo del que observa. Para él la línea los unía. En ella, veía cómo cada día jugaban al escondite el sol y la luna. Esa línea era su musa, su punto de mira, su objetivo inalcanzable pero a la vez el que le impulsaba a seguir caminando. Mientras estuviera allí todo iría bien. La veneraba como los religiosos a sus dioses o como se adoran los enamorados. Si por circunstancias, le resultaba imposible verla en el mar, la buscaba en las llanuras, en lo alto de las montañas o en los valles. Era suya. Sólo para él. Su mirada la hacía distinta y única, diferente a la línea que miraban los demás.
Mirarla le producía a veces libertad e ingravidez, otras gozo y felicidad o plenitud. Deseaba abrazarla y tumbarse en ella.
Un día consiguió que un amigo le prestase su velero. Se hizo a la mar y navegó hacia ella seguro de no alcanzarla jamás.
Lo que ignoraba era que desde la orilla, una niña observaba cómo, a lo lejos, el barco se mecía en su regazo convertido en un punto en medio de un sol que la linea ocultaba. De pie en la arena, ella miraba con envidia cómo aquel navío había llegado al lugar al que ella nunca llegaría.
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