Hoy he tenido mi primera experiencia con el hielo. Anoche me dejé olvidado el coche en la plaza olvidando que hoy había mercado. Lo bueno que tienen los pueblos es que Juanjo me ha llamado a las nueve (levantándome de la cama) diciéndome que habían preguntado los municipales por el dueño del coche y habían hecho sus averiguaciones dando con mi paradero. Cuando he llegado, después de atravesar una espesa niebla (-2º) y un paisaje blanco de escarcha, he visto mi coche bajo una capa de hielo. No podía bajar las ventanillas y el agua del limpia cristales estaba helada. Que ya yo había visto mi coche así, aquí es normal, pero no había tenido nunca que conducirlo.
Navidades blancas, campanas de belén y en la biblioteca chisteras, varitas mágicas y bolas de cristal y mi corazón que empieza a helarse como los campos de Castilla y busco el calor en las estufas, las cervezas y en miradas esquivas bajo largas bufandas. Empiezo a dudar si ir o no a la misa del gallo. Quizás en el cuerpo y la sangre de un recién nacido...
14 diciembre 2006
13 julio 2006
Los nombres
Se llamaba Ernestina García pero no tenía nombre. Nombre tenían las actrices de cine, las escritoras, los políticos, músicos y presentadores de televisión. Pero no ella, Ernestina García. Muchas tardes le daba por pensar aquello de los nombres y la fama.
Y por fin un atardecer descubrió que su nombre le serviría para diferenciar su lápida de las
otras del cementerio.
03 julio 2006
Puertas
01 junio 2006
25 mayo 2006
Las estrellas
El electricista del cielo enciende cada noche las estrellas. Les quita el polvo con su plumero y enrosca bien las bombillas. A veces para divertirse las sopla y las estrellas caen. Y si sopla muy fuerte caen muchas y parece que está lloviendo estrellas. A todo aquel que esté mirando el cielo una de esas noches se le mete una estrella dentro. Es por eso que dicen que todos tenemos una estrella, el secreto está en saber, como el electricista, hacerla brillar.
15 mayo 2006
Las cigüeñas
Una de las cosas que más me llamaron la atención cuando vine a vivir a Castilla fueron las cigüeñas. En Valencia hay gaviotas pero no cigüeñas y no se ven los enormaes nidos en lo alto de campanarios, ni en postes de la luz, ni en pináculos, cornisas o repisas de ventanas. Allí se escucha el sonido agudo y ensordecedor de las gaviotas. Aquí el crotorar de las cigüeñas.
Cuando paseo por el pueblo las oigo y las miro en sus nidos dándoles de comer a los polluelos. Estas aves de paso que se quedan porque los tiempos cambian, que antes pescaban y ahora las encuentras sobrevolando vertederos, protagonizan multitud de fábulas en nuestro país.
Estas aves raquíticas y zancudas traen los niños de París. Los griegos ya la asociaban con la familia. Y es que se emparejan para siempre y utilizan el mismo nido durante años.
Me contaban hace poco cómo explicaron a una niña que su hermano había nacido muerto. La cigüeña perdió el equilibrio en el vuelo, se le cayó el bebé y se mató.
Ellas viven ajenas a todo eso. Ellas vuelan tranquilas, alimentan a sus crías, observan impasibles el azul del cielo castellano, como si supieran que nadie les puede hacer daño, que forman parte del paisaje de muchas ciudades y que sin ellas todo sería distinto. Después de todo, ellas estaban primero.
Cuando paseo por el pueblo las oigo y las miro en sus nidos dándoles de comer a los polluelos. Estas aves de paso que se quedan porque los tiempos cambian, que antes pescaban y ahora las encuentras sobrevolando vertederos, protagonizan multitud de fábulas en nuestro país.
Estas aves raquíticas y zancudas traen los niños de París. Los griegos ya la asociaban con la familia. Y es que se emparejan para siempre y utilizan el mismo nido durante años.
Me contaban hace poco cómo explicaron a una niña que su hermano había nacido muerto. La cigüeña perdió el equilibrio en el vuelo, se le cayó el bebé y se mató.
Ellas viven ajenas a todo eso. Ellas vuelan tranquilas, alimentan a sus crías, observan impasibles el azul del cielo castellano, como si supieran que nadie les puede hacer daño, que forman parte del paisaje de muchas ciudades y que sin ellas todo sería distinto. Después de todo, ellas estaban primero.
11 mayo 2006
Las golondrinas
El cielo de Castilla se ha llenado de golondrinas y parece que el buen tiempo se queda por aquí una temporada. Desde la buhardilla de un escondido lugar se escuchan los pájaros y el cielo es azul. Sin nubes. Raso. Limpio.
Y ahora recuerdo la historia de las golondrinas que son símbolo de buen agüero entre las sociedades de Siberia. Allí dicen que fue una golondrina quien llevó el fuego a aquellas gentes. Durante la huida, su cola fue partida por una flecha del guardián del fuego y es por eso que la golondrina tiene su cola partida en dos. Cuando las golondrinas llegan por aquellas tierras hacen una fiesta. En todas las casas hay unas pequeñas casitas de madera para ver si hay suerte y alguna golondrina se queda durante el verano allí porque seguro que van a tener un buen año.
Y ahora recuerdo la historia de las golondrinas que son símbolo de buen agüero entre las sociedades de Siberia. Allí dicen que fue una golondrina quien llevó el fuego a aquellas gentes. Durante la huida, su cola fue partida por una flecha del guardián del fuego y es por eso que la golondrina tiene su cola partida en dos. Cuando las golondrinas llegan por aquellas tierras hacen una fiesta. En todas las casas hay unas pequeñas casitas de madera para ver si hay suerte y alguna golondrina se queda durante el verano allí porque seguro que van a tener un buen año.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)